El equipamiento fue adquirido con el apoyo de Corfo, a través del concurso Desarrolla Inversión.

Con el objetivo de aumentar la capacidad productiva y mejorar la calidad e inocuidad alimentaria en sus procesos, la Fábrica de Charqui Altas Cumbres postuló a un subsidio de Corfo y se adjudicó recursos para adquirir un equipo de deshidratación industrial de carne, que modificará el tradicional proceso productivo de secado solar del charqui artesanal, por uno con mayor tecnología. Esto permitirá a la empresa, además de reanudar su actividad que fue interrumpida a partir de mayo de 2021, incrementar su producción en un 80% y satisfacer la demanda de los clientes durante todo el año.

“Con esta tecnología podremos generar las condiciones de humedad y temperatura requeridas para la correcta producción de charqui, que en este territorio se dan solo en verano. La máquina secadora nos permitirá mantener las características organolépticas de textura, aroma, sabor y color del producto y ofrecerlo durante todas las estaciones del año”, explica Eugenia Ortiz, dueña de Altas Cumbres.

La directora regional de Corfo Macarena Dávila destacó la importancia de apoyar iniciativas que por una parte contribuyan a mejorar las capacidades y competitividad de las empresas, y que por otra sean un aporte a la conservación de la identidad territorial de nuestra región. “Las charquerías son empresas tradicionales en Ñuble y queremos apoyarlas para que además de crecer, mejoren la calidad de sus procesos, trabajen porque estos tengan el menor impacto ambiental y produzcan y comercialicen alimentos de buena calidad a los clientes. Esperamos que con estos recursos la empresa pueda reactivar su actividad económica y generar empleo en la zona”, explica.

Según señala Eugenia Ortiz, con una trayectoria de 100 años de antigüedad, la empresa Fábrica de Charqui Altas Cumbres fue pionera en producción de charqui artesanal con una receta que unió la cultura española y chilena. Así, se diseñó un proceso de deshidratado que incorporó al tradicional secado de carne al sol de antiguos pueblos originarios de Chile, el uso de antiguas técnicas y máquinas de origen español.
 
“Con esto se logró obtener un exquisito charqui, catalogado como gourmet e identificado como Patrimonio Alimentario de Chile en la literatura nacional. Queremos rescatar la cultura y tradición histórica en la elaboración de este producto, que mi marido Juan Berrocal comenzó a trabajar a los 14 años, promover la denominación de origen del charqui de Ñuble y proyectar su exportación”, concluye Ortiz.